Palacio de Cristóbal de Moura
Castelo Rodrigo
Castelo Rodrigo
La dinastía filipina que subió al trono portugués en virtud de la crisis de sucesión de 1580, desencadenada por la muerte del rey Sebastián en la batalla de Alcazarquivir, tendría un impacto directo en el viejo burgo de Castelo Rodrigo. Efectivamente, Cristóbal de Moura, hijo de un ex alcalde del pueblo y figura clave de la diplomacia durante la crisis de sucesión de 1580, mandó construir en Castelo Rodrigo su palacio, justo donde se situaba la alcazaba. La importancia de este hombre en la administración de Portugal durante el dominio filipino queda bien patente en el hecho de que Felipe II de España elevase la ciudad a condado y atribuyendo el título de Conde a su consejero predilecto, D. Cristóbal de Moura (1594). Con la muerte del soberano, su sucesor, Felipe III de España, elevó el condado a marquesado (1600), pasando su titular a ostentar el título de Primer Marqués de Castelo Rodrigo. Con la Restauración de la Independencia portuguesa, el palacio, símbolo de la opresión española, fue incendiado por la población y actualmente está en ruinas. Después de 1640, con la Restauración de la Independencia, el palacio fue devastado por la población, que lo veía como una marca de la dominación española, a pesar de que su promotor hubiese fallecido hacía casi tres décadas. Con relevancia militar aún en los siglos XVIII y XIX, el palacio sufrió obras de consolidación, pero solo muy recientemente fue objeto de una intervención de «consolidación de la ruina», promovida por el IPPAR con apoyo de las Aldeas Históricas de Portugal, constituyendo en la actualidad un espacio simbólico donde se pueden promover eventos de índole cultural.