Almeida
Almeida, ante la necesidad de modernizar las obsoletas estructuras medievales, se comprometió, tras la Restauración, en la construcción de una renovada máquina de guerra que pudiera adaptarse a las nuevas armas de fuego y que le permitiera sellar la frontera. La plaza fuerte tiene una planta hexagonal, compuesta por seis baluartes, a los que corresponde el mismo número de revellines.
Historia
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Almeida habría tenido su origen en la migración de los habitantes de un castro lusitano, situado al norte del lugar de Enxido da Sarça, ocupado en el año 61 a.C. por los romanos y, posteriormente, por los pueblos bárbaros. Dada su ubicación en una meseta, los árabes la llamaron Al-Mêda (la Mesa), Talmeyda o Almeydan, y construyeron un pequeño castillo (siglos VIII-IX).
Durante el período de la Reconquista, los cristianos la tomaron definitivamente en 1190, siendo sucesivamente disputada con León, hasta pasar a la posesión portuguesa con el Tratado de Alcañices en 1297.
Recibió fuero de Don Dinis (1296), quien reconstruyó el castillo, y nuevo fuero de Don Manuel (1510). Junto al castillo, de planta rectangular con cuatro torres circulares, creció el núcleo medieval delimitado por las murallas, cuyo vestigio puede verse en la Porta do Sol, trazado que sigue la Rua dos Combatentes y que define el viejo burgo. En el castillo se encontraba la primitiva iglesia matriz.
La explosión del Revellín del Polvorín, en 1810, provocada por las invasiones francesas, destruyó gran parte de la villa, siendo trasladada la iglesia a la del Convento de Nuestra Señora del Loreto —que presenta un portal barroco—, adoptando el nombre de Nuestra Señora de las Candelas, cuya procesión se celebra el 2 de febrero. La religiosidad popular también se manifiesta en los pasos del Vía Crucis.
La importancia de esta plaza defensiva impulsó su expansión urbana e institucional, siendo notables los edificios del antiguo Cuartel de Artillería, la Veduría, el Tribunal, así como la Iglesia y el Hospital de la Misericordia, de portal clasicista —ejemplos de la arquitectura del siglo XVII.
Su carácter de plaza fuerte también marcó el propio urbanismo, con manzanas destinadas al alojamiento de militares, como es el caso del antiguo cuartel de Caballería. Cabe destacar el Cuartel de las Escuadras, edificado entre 1762 y 1769 (frente al cual se realizaba la parada militar, hoy una zona ajardinada), y la célebre Casa de la Rueda —institución creada por Pina Manique en 1783 para el recogimiento de niños expósitos. En el lugar de la Rueda se encuentra una ventana.
La Plaza Fuerte de Almeida (siglos XVII-XVIII), perfecto ejemplo de la arquitectura militar barroca, es una fortaleza abaluartada con trazado hexagonal en forma de estrella, al estilo del ingeniero francés Antoine Deville. El acceso se realiza por puertas dobles en túneles abovedados. Dispone de seis baluartes, con sus casamatas —galerías subterráneas donde se refugiaba la población en caso de peligro y que también sirvieron como prisiones miguelistas—, y revellines, con fosos de una profundidad media de 12 metros, donde también se construyó un Hospital de Sangre y se ubica el Museo Militar.
Durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), Almeida volvió a estar bajo dominio español, siendo recuperada por Portugal en 1763.
En las luchas liberales apoyó a Don Miguel entre 1829 y 1832, capitulando finalmente tras intensas luchas fratricidas, que volvieron a destruir las murallas —reconstruidas a partir de 1853. En 1927 salió de Almeida el último Escuadrón de Caballería, perdiendo desde entonces la actividad militar que, durante siglos, fue la razón esencial de su existencia.
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